Una luz procedente de una «súper
Tierra», ubicada fuera del sistema solar, ha sido detectada por el telescopio espacial «Spitzer», de la
NASA.
El dispositivo que posee el
telescopio es «pionero» en el análisis atmosférico de
planetas distantes, y gracias a él se ha descubierto este hallazgo. Integrado en
un sistema formado por cinco planetas que orbitan entorno a una estrella madre,
«55 Cancri-e», se encuentra a 41
años luz, siendo el más cercano.
Los resultados arrojados por el
telescopio demuestran que una de las caras del planeta
siempre se enfrenta a la estrella, sin posibilidad de transportar calor a la
cara no iluminada. Los investigadores estiman una temperatura de 1.700 grados
centígrados –suficiente como para fundir un metal– para el lado coincidente con
su estrella «madre», lo que repercute en que el planeta no sea habitable. Con
agua y una superficie rocosa, los expertos de la NASA afirman que «55 Cancri-e»
está cubierto por una capa de vapor.
La denominación de este planeta como
«súper Tierra» es porque su tamaño es similar al de nuestro planeta, pese a
presentar una luminosidad parecida a la de Neptuno, según la agencia espacial.
Los astrónomos responsables del estudio apuestan porque este descubrimiento suponga un «importante» paso para
la búsqueda de signos de vida en otros planetas.
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