
Según las Tablillas de Arcilla del Enuma Elish, la Epopeya de la Creación Babilónica, cuando el dios Marduk pasó junto al dios Ea, en el Principio de los Tiempos, le salió una protuberancia al costado, «como si tuviera una segunda cabeza».
Para Sitchin, Marduk representa aquí a Nibiru, el cuál erraba por el Espacio, hasta que fue atraído hacia el interior de nuestro Sistema Solar hace unos 4.000 millones de años. A su vez, Ea representaría al planeta Neptuno.
Sitchin sugiere que esta «protuberancia» que le salió a Nibiru al pasar junto a Neptuno, se convirtió en su actual satélite Tritón. «Un detalle que nos lleva a sospecharlo seriamente», explica en su libro 'El Génesis Revisado', «es el hecho de que Nibiru/Marduk entrara en el Sistema Solar con una órbita retrógrada (en el sentido de las agujas del reloj), al revés que todos los demás planetas. Sólo este detalle sumerio, según el cual el planeta invasor se movía en contra del movimiento orbital de todos los demás planetas, puede explicar el movimiento retrógrado de Tritón, las órbitas extremadamente elípticas de otros satélites y cometas, y el resto de acontecimientos importantes [...]».

En Tritón, unas extrañas «líneas rugosas dobles» discurren en línea recta a lo largo de centenares de kilómetros y que, en uno o dos puntos, interseccionan en lo que parecen ser ángulos rectos, sugiriendo áreas rectangulares (¿Tendrá esto algo que ver con la Base Orbital de la que habla Isabel?).
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